domingo, 3 de septiembre de 2017

Como construir un Sistema de Justicia Justo
Nader Saiedi [1]
Ciertas características objetivas y universales crean las condiciones previas para el desarrollo humano, y uno de los más importantes es un sistema de justicia justo.
Al discutir las precondiciones universales del desarrollo social en su libro “El secreto de la civilización divina”, Abdu’l-Bahá pidió muchas formas de racionalización en la sociedad iraní. Por ejemplo, argumentó que un sistema jurídico en el que la decisión judicial está orientada a las características objetivas de la acción y no se basa en la discrecionalidad arbitraria del juez es un modelo racional para todas las culturas y sociedades.
Abdu’l-Bahá escribió que, si la práctica judicial de Irán o cualquier otro país se desvía de este modelo, entonces en lugar de celebrar la injusticia y la ineficiencia, la reforma judicial debe ser implementada. Argumentó con eficacia que, si el sistema judicial no es consistente, predecible y universalista, los resultados serán un desperdicio interminable de recursos para demandas judiciales adicionales:
Hasta la fecha, la ley religiosa no ha ejercido un papel decisivo en nuestros tribunales debido a que cada uno de los ulamá ha venido emitiendo sus propios veredictos como creía conveniente, basándose en su interpretación arbitraria y opinión personal. Por ejemplo, dos hombres acuden ante la ley, y uno de los ulamá falla a favor del demandante en tanto que el segundo lo hace a favor del demandado. Puede incluso llegar a ocurrir que en un mismo e idéntico caso se adopten dos decisiones contradictorias por un mismo mujtahid, sobre la base de que tuvo una inspiración en un sentido y luego una segunda en sentido contrario. No cabe duda de que este estado de cosas ha sembrado la confusión en todos los asuntos de importancia, y que socava los fundamentos mismos de la sociedad. Pues de esta forma ni el demandante ni el demandado pierden esperanzas de salir airosos, y cada uno por su parte ha de malgastar su vida en tentativas por conseguir que un veredicto posterior invalide el precedente. - Abdu'l-Baha, El secreto de la civilización divina, pg. 25.
Las enseñanzas Bahá'ís dicen, que en esta etapa del desarrollo de la humanidad, algunos principios universales son imperativos para todas las sociedades y culturas.
Además de la racionalización de la ley y la judicatura, Abdu’l-Bahá también pidió una racionalización política. Para él, la igualdad de todos los ciudadanos en términos de derechos básicos, y la democracia política están entre las características necesarias, objetivas y universales del desarrollo de las sociedades modernas
Si las tradiciones internas discriminan y violan los derechos individuales, o si mantienen una estructura política opresiva, entonces la tradición debe cambiar y adaptarse a los imperativos de un orden mundial complejo e internacional emergente. La teoría historicista suele criticar el etnocentrismo y el imperialismo, pero si la teoría historicista quiere mantener su protesta contra el imperialismo cultural y político, debe respetar también los derechos inherentes y la dignidad de los individuos-entonces, obviamente, la misma teoría historicista debe defender la igualdad de los derechos de los individuos como principio universal de desarrollo.
El llamado de Abdu'l-Bahá a la democracia política en Irán fue una innovación sorprendente en las corrientes intelectuales del siglo XIX. La próxima llamada a la democracia política en Irán fue de Malkum Khan en su artículo en el periódico Qanun publicado en Londres en 1892, 17 años después de la publicación inicial de El secreto de la civilización divina.
Es importante destacar que la discusión de Abdu’l-Bahá sobre la democracia política no sigue ni el modelo occidental ni el oriental: presenta algo completamente nuevo. En la moderna tradición política occidental, la cuestión del poder político depende principalmente del gobierno representativo y de la elección universal. En el modelo oriental tradicional, la cuestión del liderazgo se ha concentrado en las precondiciones y características morales del líder.
Abdu’l-Bahá enfatiza ambas cuestiones e insiste tanto en la participación universal como en los requisitos morales de los funcionarios electos:
Si estas personas se demuestran puras y magnánimas, si permanecen libres de la mancha de la corrupción, las confirmaciones de Dios
las convertirán en una fuente interminable de mercedes para la humanidad. Él hará que de sus labios y de sus plumas surja lo que habrá de bendecir al pueblo, de modo que cada rincón de este noble país de Irán se vea iluminado con su justicia e integridad, y los rayos de esa luz abracen la tierra entera. "Nada de esto será difícil cabe Dios".10- Ibíd., Pág. 14.

De manera similar a su invitación a la reforma política, Abdu'l-Bahá también alienta la reforma administrativa atacando la corrupción y el nepotismo y pidiendo cambios morales e institucionales que hagan impracticables las políticas arbitrarias y abusivas:
Es indudable que la finalidad de establecer parlamentos consiste en procurar la justicia y rectitud, pero todo depende de los esfuerzos de los representantes elegidos. Si la intención es sincera, se presentarán resultados deseables y mejoras imprevistas; de lo contrario, es seguro que todo el tinglado carecerá de sentido, el país se paralizará y los asuntos públicos continuarán agravándose. Ibid. Pg. 18
En El Secreto de la Civilización Divina, Abdu'l-Baha también insta a los líderes de su país a adoptar reformas tecnológicas, para aprovechar lo que el mundo moderno tiene para ofrecer. Aboga por la expansión industrial, la consolidación tecnológica y científica, la planificación social sobre la base de predicciones racionales del futuro, la protección universal de los derechos y la libertad de todos los individuos y la reforma de las infraestructuras.



[1] Nader Saiedi es Profesor de la Fundación Taslimi de Estudios Bahá'ís en el departamento de Lenguas y Culturas del Cercano Oriente en la UCLA. El Dr. Saiedi es autor de varios libros, incluyendo Logos y Civilización: Espíritu, Historia y Orden en los Escritos de Bahá'u'lláh; y Puerta del Corazón: Comprendiendo los Escritos del Bab. Nacido en Teherán, Irán, tiene una maestría en economía de la Universidad de Pahlavi en Shiraz y un doctorado. en sociología de la Universidad de Wisconsin.

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